El 14 de mayo de 1948 el Estado de Israel proclamó su Independencia. Lo hizo al calor de las luchas anticoloniales que se venían desarrollando en todo el mundo dominado por las grandes potencias colonialistas y como consecuencia de la derrota del nazismo durante la 2ª Guerra Mundial. Israel es hermana directa de los pueblos afroasiáticos que conquistaron o iniciaron el camino hacia su Independencia en esos días: India, Vietnam, Corea, Indonesia, China.

Paralelamente, era una suerte de reparación histórica ante las matanzas llevadas a cabo por los nazis en Europa durante la guerra, lo que significó el asesinato de mas de seis millones de judíos y la desaparición casi completa de comunidades enteras en lugares donde residían desde hacía centenares de años.

Concluida la 2ª Guerra Mundial, los británicos –a cargo del Mandato sobre Palestina- anunciaron su intención de retirarse de la región. La Asamblea General de las Naciones Unidas tomó como suya la propuesta soviética y propuso el 29 de noviembre de 1947 la partición de Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío, quedando Jerusalén bajo la administración de las Naciones Unidas. La mayoría de los judíos en Palestina aceptaron esta decisión, pero los árabes la rechazaron.

Por eso el mismo día en que para el pueblo judío palestino es el nacimiento del nuevo Estado y día de la independencia, para el pueblo árabe palestino es la Nakba, la catástrofe. Cruel encrucijada en que la Historia puso a dos pueblos hambrientos de justicia y dignidad.

Pasados 63 años, aquel embrión es hoy un Estado fuerte y poderoso, con inmensos logros en los campos de la ciencia, la salud, la tecnología de punta, la educación, la cultura y otros campos. Sin embargo, aun no se ha logrado quizá lo más importante: construir la paz en la región.

Inclusive hoy día, la misma democracia israelí esta amenazada con los gabinetes que se han venido conformando, en los cuales se unen racismo, autoritarismo, intolerancia y neoliberalismo en un cóctel que puede ser letal para el pueblo y el Estado de Israel.

Deseamos un Israel diverso, plural, justo, sano y esforzándose para la paz.  Este espacio político, social y cultural tiene una representación política y parlamentaria pequeña, pero consecuente, coherente y activa.

Es momento para construir la paz de manera genuina y sin engaños ni excusas. Los pueblos israelí, palestino y de toda la región lo reclaman. Hay un escenario propicio: las oleadas democratizadoras que atraviesan el mundo árabe deben ser un estímulo para llegar a acuerdos duraderos y fructíferos.

Israel tiene un socio para la paz. Los palestinos -hoy- no lo tienen.

Los libros rabínicos y las tradiciones históricas y culturales enseñan que hay que buscar la reparación del mundo, salvaguardando a aquellos que están en desventaja. Si otros pueblos así lo están, el pueblo judío debe colaborar para mejorar sus condiciones de vida y políticas.

El ICUF (Idisher Cultur Farband / Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina) saluda este nuevo aniversario de la creación del Estado de Israel, expresando su firme deseo que el sueño de los pioneros de levantar un Estado democrático y progresista se haga realidad, dejando de lado cualquier postura belicista, expansionista y/o de carácter exclusivista.

Sr. Marcelo Horestein | Secretario
Prof. Daniel Silber | Presidente