28
NOV
2012

Sefardíes

El ICUF (Idisher Cultur Farband / Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina) saluda la decisión del actual gobierno de España de otorgar la nacionalidad a los descendientes de los judíos expulsados en 1492.

Si bien la medida está fuera de una dimensión presente, es una reivindicación de esa parte del pueblo judío perseguido por los Reyes Católicos y la Inquisición por el solo hecho de ser judío y profesar una religión diferente a la de los gobernantes.

Hay que señalar que contemporáneamente a las medidas tomadas contra los judíos, también fueron tomadas medidas similares contra quienes practicaban la religión islámica.

Ambas directrices muestran claramente el nivel de intolerancia imperante, y si bien los tiempos históricos son otros y los objetivos políticos perseguidos tenían que ver con la unidad nacional y la construcción de estados modernos, ambos no pueden ser justificativos de tamañas resoluciones, las que provocaron el exilio y desarraigo de centenares de miles de personas, que llevaban generaciones y generaciones nacidas en el suelo español. La presencia de judíos en España es registrable desde los tiempos anteriores a la conquista romana y de los musulmanes, desde –al menos- el s. VIII.

El legado económico, social, político, cultural, científico, arquitectónico de los judíos españoles es innegable, tanto en los reinos cristianos como musulmanes. Incluso el rey Fernando el Santo (1199-1252), se consideraba rey de tres religiones.

Reiteramos que, aunque a destiempo y con algunas repercusiones actuales, esta resolución del gobierno español reivindica la necesidad del respeto hacia el otro, la convivencia y es mea culpa que muchos otros deberían hacer suyo en el presente en relación a situaciones similares.

Saludamos a los miles de judíos sefardíes que ven así rehabilitados sus orígenes.

 

Sr. Marcelo Horestein | Secretario
Prof. Daniel Silber | Presidente

 

 

19
NOV
2012

Basta de bombas

El cruce de bombas de uno a otro lado en la frontera entre Gaza e Israel no presagia nada bueno.

Seguramente hay responsabilidad compartida entre los halcones de ambos bandos, militaristas y fundamentalistas que creen que solamente con más violencia, con más guerra se solucionará este cruel diferendo que separa a los pueblos israelí y palestino.

¿Cuándo se logrará la paz?

Durante más de medio siglo se ha visto que la respuesta a esa pregunta no es por medio de las armas, de las bombas, de las represalias, de las expediciones punitivas, de los atentados.

La respuesta es que exista voluntad política genuina de acercamiento y de alcanzar ese objetivo. La salida es política, más política.

Mientras las dirigencias políticas no asuman un compromiso verdadero de construir la paz, seguirán estas escaladas bélicas y seguirá siendo la población civil la que corra riesgos, la que pague las tremendas consecuencias en muertes y destrucción.

Lo único revolucionario en Medio Oriente es la paz, una paz que se asiente en el reconocimiento mutuo a la existencia digna y en que cada uno de los pueblos merece vivir dignamente, en su Estado, soberano, libre, autónomo y democrático.

 

        Comisión ACIZ                      Comisión ASA                        Comisión ICUF