18
ENE
2019

A 4 años de la muerte del exfiscal Nisman

Posted By :
Comments : Off

nismanLa trágica desaparición del exfiscal Alberto Nisman agregó una enorme piedra más en el camino de la investigación (inconclusa y fallida al día de hoy) del atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina, ocurrida en Buenos Aires en julio de 1994 y que implicara no solo la destrucción del edificio y los lindantes, sino la muerte de 85 personas.

Hasta el presente nada ha podido probar si la muerte de Nisman se debió a un suicidio o a un homicidio. Los mezquinos intereses políticos de sectores ligados al poder, a los que se suman dirigentes de la colectividad, políticos y legisladores, pugnan por imponer el criterio del asesinato, abonando la complicidad implícita de altos funcionarios del gobierno anterior.

¿Hacia dónde conducía la supuesta investigación que llevaba adelante Nisman? Es indudable que iba dirigida a señalar como responsables del atentado a la AMIA a la República Islámica de Irán y a establecer la connivencia con ello de la administración CFK a través de la firma del Memorándum.

Esa orientación respondía en el plano internacional a la estrategia belicista e intervencionista de EEUU e Israel en contra de Irán y, en lo local, al intento de la derecha para minar al gobierno en funciones, argumentando que el citado Memorándum eximía de responsabilidades a Irán.

Infinidad de pruebas (desde el Memorándum mismo al testimonio del exjefe de Interpol, Ronald Noble) demostraron la falsedad de la argumentación que fue utilizada -y se sigue haciendo- como titulares de la prensa y demás medios para influir sobre el electorado, a algunos jueces y fiscales ávidos de autopromoción y para condenar –de antemano- a personalidades del gobierno de entonces. Pero…evidencias de valor, ninguna.

En todo ese trayecto, lo único que hizo Nisman fue aportar recortes de prensa, reproducciones de “informes” tóxicos de los servicios de inteligencia, viajes al exterior injustificados (recordar los testimonios fotográficos que lo muestran en actividades nada compatibles con la función que desempeñaba, malgastando el erario) y aceptar la coacción de personajes de la política nacional (decenas de llamados telefónicos el día anterior a lo que debía ser su presentación ante las Cámaras legislativas).

La muerte de Nisman es una tragedia en sí misma, que se acrecienta por tratarse de una autoridad judicial. Pero también, a 4 años de la misma, está claro que fue una genial puesta en escena, agigantada ahora, con este verdadero disparate de erigirle un monumento en Israel y que su madre –señalada como partícipe de un lavado de dinero- sea recibida por el presidente de ese país.

¿Monumento a qué? ¿a la inoperancia, a la sumisión, a la corrupción? Una verdadera vergüenza.

El hecho de ser judío y haber muerto en circunstancias oscuras no habilita para que Nisman sea considerado un protagonista de la historia; por el contrario, todo lo condena a ser un genuflexo que no supo honrar su condición de jurista ni las firmes tradiciones democráticas y correctas del judaísmo.

Héroes fueron las masacrados en la Semana Trágica, los fundadores de sindicatos obreros como Benito Zak o Meier Kot, los agricultores de las colonias, los casi 2000 detenidos – desaparecidos judíos durante la dictadura cívico-militar. Todos ellos aportaron a un país más justo, más equitativo, más inclusivo.

Esta verdadera infamia no debe interpretarse como un acto fallido de los promotores. Es parte de la política de encubrimiento de los verdaderos responsables del atentado contra la AMIA, que de esta manera, redoblan su impunidad, se sigue condenando a los muertos a que no descansen en paz y a que nuestra Justicia sume un baldón más.

Buenos Aires, 18 de enero de 2019

Marcelo Horestein Isaac Rapaport

Presidente Secretario General