Este viernes 18 de julio se cumplen 20 años de la voladura de la AMIA con el lamentable saldo de 85 muertos y centenares de heridos. Este atentado del año 1994 no fue realizado contra una entidad judía, sino contra la sociedad argentina. Luego de 2 décadas lo único que crece es la indignación ante tanta impunidad.

En diversas publicaciones de orden nacional, desde hace unos días viene cobrando fuerza una versión reveladora: dentro de la estructura del establishment comunitario judío había un espía infiltrado.

Esto podría corroborar que la conexión local para producir el brutal atentado contra la sede de la AMIA en Buenos Aires contó con la valiosa colaboración de algún servicio de seguridad de nuestro país.

La justicia argentina es también responsable de esta enorme trama de ocultamientos, falsificaciones, encubrimientos y cohechos que se realizaron desde distintos ámbitos del poder para hacer que tremendo hecho no se esclarezca y, simultáneamente, se busque un chivo emisario en el exterior.

Han pasado 20 años; el enojo y la impotencia –que se traducen en rabia- aumentan ante tamaño abuso; mientras tanto, en el seno de la colectividad judía se recuerda al crimen con cuatro actos diferentes, demostrando que los intereses políticos individuales y mezquinos priman sobre el interés general, que debería producir un gran movimiento unitario para presionar sobre los sectores judiciales que duermen la causa en busca de su prescripción.

El ICUF (Idisher Cultur Farband / Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina) reclama a los poderes públicos una actuación decidida y contundente para el esclarecimiento de este terrible hecho, la apertura de los archivos de todos los servicios de seguridad e inteligencia, la conformación de una comisión independiente de personalidades para la investigación, la aplicación de toda la legislación vigente y el fin de la impunidad.

Para estas 85 víctimas, para los heridos, para los familiares, por la vigencia plena de la democracia también reclamamos Memoria, Verdad y Justicia.