24
ABR
2015

Centenario del Genocidio Armenio

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Las masacres cometidas por el ejército turco en 1915 siguen siendo un tema tabú en Turquía, donde hablar de los 1.500.000 de armenios masacrados por los otomanos se castiga con cárcel. La verdad acerca de aquellos trágicos hechos sigue siendo negada por la historia oficial turca.

Tanto el genocidio armenio como los demás genocidios perpetrados a lo largo de la Historia (las masacres perpetradas por los nazis contra el pueblo judío europeo durante la Segunda Guerra Mundial, las cometidas por el colonialismo en nombre de “la civilización” en Asia, África, América y Oceanía, las padecidas por los pueblos centroafricanos) son en sí mismas únicas. Sin embargo, cada una es en sí misma especialmente particular.

 

Esas matanzas, con ser únicas, tienen características comunes, todas tienen un hilo conductor: esos genocidios son crímenes de lesa humanidad. Son la destrucción masiva, programada con los medios científicos mas adelantados del momento para aniquilar un pueblo en función de lo que es, es decir, por su identidad, y no como resultado de una guerra o conflicto, o ni siquiera para esclavizarlo. El único deseo es el de aniquilar a un pueblo, una cultura, una historia, por lo que es. Y eso los convierte a cada uno en un drama único. Todos los genocidios responden a ideologías xenófobas y nacionalistas.

 

Reconocer el genocidio del pueblo armenio, implica reconocer las responsabilidades del estado turco en primer lugar, así como también la complicidad activa y permisiva de las entonces potencias dominantes -Alemania, Gran Bretaña, los EE.UU., Francia y la Rusia zarista-El genocidio de 1915 no fue sólo la labor aislad de unos pocos corruptos, sino que fue llevado a cabo por un aparato estatal pervertido, criminal en el contexto de una guerra mundial –una carnicería mayor-.

 

Nuestra conciencia no puede permanecer indiferente ante las matanzas que los armenios del Imperio Otomano sufrieron en 1915, y que se niega. Compartimos los sentimientos de dolor de nuestros hermanos y hermanas armenios. Las masacres de 1.500.000 de armenios y 300.000 kurdos no pueden ser olvidadas ni negadas. Pero nuestro dolor no hará que los asesinados regresen.

 

El concepto de «genocidio» fue originado luego del aniquilamiento masivo de armenios en Turquía por el abogado judeo polaco Rafael Lemkin, quien instó a la Liga de las Naciones para reconocer esos bárbaros crímenes como crímenes internacionales.

 

El crecimiento y adelanto de los estados y países también implica reconocer sus dramas. El negacionismo –sea cual fuere- es una estafa de baja calidad, una mentira de patas cortas, una burla a la conciencia humana. El negacionismo incita a la discriminación; es instigar al odio o la violencia racial.

 

El poeta turco Nazim Hikmet (1900-1963) fue perseguido durante toda su vida por su militancia comunista y su poesía comprometida con la realidad de su país. En este fragmento de Paseo Nocturno evoca la marca de la matanza de los armenios en la cultura de su país. Este ciudadano armenio no ha perdonado nunca que su padre haya sido degollado en las montañas kurdas. Mas te quiere. Porque sabe que tu tampoco perdonaste a quienes han macado con esa mancha negra la frente de tu pueblo el pueblo turco.

 

El ICUF (Idisher Cultur Farband / Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina) se solidariza con el pueblo armenio y se une a su reclamo por el reconocimiento de las atrocidades cometidas contra él en la certeza que aceptar que hubo un genocidio contra el pueblo armenio sería un gran paso, en términos históricos y culturales del humanismo comprometido con la construcción de sociedades justas, incluyentes y democráticas, respetuosas de las diferencias y de las identidades.

 

Sr. Marcelo Horestein | Secretario
Prof. Daniel Silber | Presidente