Amplia repercusión han tenido las insólitas, aunque no sorprendentes, declaraciones del rabino Samuel Levin, referente del sector ortodoxo judío que actualmente gobierna a la AMIA, efectuadas el 22 de setiembre a la Agencia Judía de Noticias (AJN). Las mismas salieron al cruce de las expresiones de la rabina de la Comunidad Bet-El, Silvina Chemen, revelando el disgusto de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner por la ausencia de la dirigencia de la Mutual al brindis que se realizó en la Casa de Gobierno con motivo de las Altas Fiestas judías, al que sí concurrieron los otros invitados, entre los que se encontraban miembros de las diversas instituciones centrales y representativas de la comunidad, entre ellos la rabina.

En sus declaraciones el rabino aborda dos temas que merecen nuestro más absoluto rechazo.

El primero está referido al rol de la mujer, sobre el que argumentó que “todo puesto de conducción tiene que estar a cargo de los hombres”, apoyándose en dichos de Maimónides, en una actitud discriminatoria francamente medieval. Esto está en línea con los intentos en algunas actividades de la AMIA, al comienzo del presente mandato del sector ortodoxo, por ejemplo, ligados a la separación por género al público concurrente. ¿Cuál habaría sido la opinión de Golda Meier sobre las patéticas afirmaciones del rabino Levin?

El segundo tema está referido a la representación de la comunidad ante el Gobierno, sobre la que Levin afirma que  “la comunidad tiene una dirigencia y es el presidente de la AMIA (Guillermo Borger) y el Gran Rabino de la comunidad judía que es Ben Hamú”. “A ellos debemos respetar porque son la conducción formal y representativa de la comunidad, y no podemos aceptar que vengan estos falsificadores de títulos (se refiere a la rabina) a embarullar a la gente”.

Aquí aparece una pretensión hegemónica ignorando a todas las otras instituciones comunitarias, centrales y de otra naturaleza, que independientemente de la calidad de su representatividad expresan la diversidad y pluralidad de los judíos de nuestro país. No podemos, en ese sentido, dejar de mencionar la declaración de la DAIA, tan obsesionada por su propia representatividad, donde hace un rechazo limitado de los conceptos del rabino Levin, porque se ocupa únicamente de la defensa de su exclusividad representativa e ignora totalmente la discriminación de género.

Nos estamos acercando a un nuevo proceso electoral en la AMIA en abril del año que viene. Estas expresiones del referente de la lista que actualmente conduce la AMIA tiene que ser un llamado de atención para aquellos que aspiran a una comunidad plural y sin discriminaciones de ningún tipo.  El POLO DEL PLURALISMO PLURAL, integrado por CONVERGENCIA, por un Judaísmo Humanista y Pluralista, ICUF, Federación de Instituciones Culturales de la Argentina, MERETZ Argentina e INDEPENDIENTES, manifiesta su firme voluntad de participación en dicho proceso para producir el cambio necesario para que sea realidad el slogan institucional AMIA PARA TODOS.

               Buenos Aires, 28 de setiembre de 2010