06
AGO
2013

Hiroshima

Posted By :
Comments : Off

HIROSHIMA EN NUESTRAS CONCIENCIAS Y EN NUESTROS CORAZONES

El 6 de agosto de 1945 en Hiroshima y el 8 de Agosto en Nagasaki bombarderos de la flota aérea de los EEUU, arrojaron sendas bombas atómicas que provocaron centenares de miles de víctimas entre la población civil japonesa. Mientras repican las campanas en Hiroshima, hoy sus pobladores realizan oraciones invocando a la paz.

Desde aquel día, son muchos los Estados  que poseen la tecnología y los recursos para el desarrollo de la energía atómica. Sin embargo no todos se ajustan a lo establecido en el Tratado de No Proliferación Nuclear, e incluso existen algunos privilegiados. Es imprescindible su democratización: ningún país del mundo –sin excepción alguna- debe utilizar la energía atómica con fines bélicos; es imprescindible que todos lo suscriban para así poner un freno a la perspectiva de una guerra nuclear.

Albert Einstein afirmó «No sé con qué armas se librará la Tercera Guerra Mundial, pero en la Cuarta Guerra Mundial usarán palos y piedras» temiendo la destrucción de nuestra cultura ante tamaño peligro.

Actualmente existen en el mundo unos 25 mil artefactos nucleares con una potencia 450 mil veces superior a la que destruyó la ciudad de Hiroshima. Bastaría una contienda nuclear entre dos potencias nucleares de las más débiles, (Pakistán e India, que entre ambas, sin embargo, reúnen mucho más de 100 armas de este tipo)-, para que la especie humana desaparezca.

No existe ningún material estructural en el universo conocido capaz de resistir el impacto térmico, mecánico y radiológico de una explosión atómica a corta distancia.

Los requisitos científico-tecnológicos, las circunstancias históricas, políticas, los recursos económicos y diplomáticos que posibilitan acceder a una fuerza nuclear hacen que el número de países que han decidido proveerse de la misma sea reducido, lo que configura un grupo de carácter selecto conocido como club nuclear.

El desarrollo de las armas atómicas, y en general, los gastos bélicos constituyen una verdadera infamia y una grosera obscenidad frente a las necesidades básicas insatisfechas de gran parte de la Humanidad. Como dice Leon Gieco  «Dos mil comerían por un año con lo que cuesta un minuto militar».

Cuando esa amenaza puede ser transformada en algo real, los pueblos del mundo, amantes de la paz y la solidaridad, reclamamos

Ø           NO MAS HIROSHIMAS NI NAGASAKIS

Ø           NO MAS GUERRAS

Ø           NO A LAS ARMAS NUCLEARES EN NINGUNA PARTE DEL MUNDO

Ø           USO PACIFICO DE LA ENERGIA ATOMICA

Ø           CONTROL A TODOS LOS PAISES DE ESE RECURSO

Ø           SI A LA PAZ, LA JUSTICIA, LA EQUIDAD

Ø           SI A LA AMISTAD ENTRE LOS PUEBLOS

Ø           SI A LA CONVIVENCIA ENTRE LOS ESTADOS

 

Sr. Marcelo Horestein | Secretario
Prof. Daniel Silber | Presidente