Ante las exigencias y demandas presentes, consideramos que la única salida a la pandemia se sostiene en las responsabilidades colectivas como resultado de la sumatoria ampliada de las responsabilidades individuales y en el compromiso gubernamental de cumplimentar las etapas y modalidades de vacunación anunciadas. La vacunación debe estar ceñida a criterios de inclusión social, atendiendo primero a quienes más lo necesitan, considerando los aspectos sociales y sanitarios.
La vacunación contra el Covid 19 debe ser masiva y realizada con carácter democrático, sin privilegio alguno. Rechazamos cualquier tipo de prebenda o prerrogativa en ese sentido, así como hemos rechazado favores anteriores que se orientaron a grupos minoritarios y ya aventajados. En una república democrática, y especialmente frente al peligro, todas y todos somos iguales y gozamos de los mismos derechos.
Al margen de ellos, la derecha sigue operando: ciertas personas de la oposición (por no abarcarla por completo, incluidos los medios hegemónicos) empezaron a difundir argumentos falsos, de índole anticomunista, de teorías conspirativas y hasta una denuncia por envenenamiento. Luego, se quejaron de las pocas vacunas disponibles para toda la población, y se horrorizaron ante los acomodos a la hora de recibir las dosis, cómo si en el gobierno pasado, los favores a los amigos y familiares no hubieran existido. Por supuesto que lo que está mal, está mal, y sus protagonistas han sufrido las consecuencias. Pero esos «saltos» en los conceptos son más que sorprendentes. Lo que también es llamativo es que cuando algunos de los impulsores de estas protestas por las vacunas fugaron millones de dólares a sus cuentas personales en paraísos fiscales, estos mismos «protestadores» no movieron ni un pelo. Esa fuga de capitales significó menos hospitales, menos escuelas, menos seguridad, menos previsión social, menos empleos, menos salarios, más marginación, más miseria y menos protección en el sentido más abarcativo posible.
Las puestas en escena que glorifican la muerte no hacen sino abonar la profundización del dolor. En definitiva, rechazamos cualquier alusión a la muerte, cualquier propuesta vinculada al odio y nos colocamos resueltamente del lado de la vida.
Apostamos por seguir cuidándonos, cumpliendo a rajatabla con todas las recomendaciones de la autoridad sanitaria, y bregamos por una salida colectiva de este problema que nos afecta como sociedad entera.