¡Maxi y Darío, presentes siempre!
El 26 de junio de 2002, durante la presidencia interina de Eduardo Duhalde, organizaciones piqueteras se movilizaron –como ya venían haciendo- al Puente Pueyrredón en reclamo de aumentos salariales, subsidios para desocupados y alimentos para comedores, con la consigna: Trabajo, dignidad y cambio social.
Tras el operativo represivo, que fue una verdadera cacería, una masacre, resultaron muertos los jóvenes Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Ellos se convirtieron en un ejemplo de lucha.
Desde la Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina (ICUF) sostenemos que recordar este episodio de nuestra historia reciente –semejarla a lo ocurrido hace días en Jujuy- reflexionar respecto a la importancia de las decisiones individuales al momento de elegir la conducción de nuestra Patria y seguir reclamando justicia, se convierten hoy en parte de la lucha que nos toca.
Somos artífices de nuestras acciones. Necesitamos un cambio cultural. Solo lo lograremos con la participación de los que pensamos que una Argentina democrática, equitativa y con derechos para todes es posible.
