El (A)YKUF (Alveltlekjher Yiddisher Kultur Farband – Federación de Entidades Culturales Judías) se funda en 1937, con el fin de sumar fuerzas internacionales para promover la cultura idishista judía laica y combatir el fascismo y el antisemitismo. En la Francia liderada por el socialista judío León Blum, París fue el epicentro del idishismo de izquierda, donde 104 delegados provenientes de 23 naciones, en representación de 677 organizaciones, se reunieron en la Sala Wagram del Palais de la Mutualité para dar inicio al Primer Congreso de la Cultura Judía Mundial, celebrado entre el 17 y el 21 de septiembre de 1937, en París.

Estados Unidos, Polonia y Francia fueron los principales impulsores del evento. Los países participantes fueron Alemania, Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Checoslovaquia, Cuba, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Italia, Letonia, Lituania, México, Palestina, Polonia, Rumania, Sudáfrica, Suiza y Uruguay. La delegación rusa fue la gran ausente. La norteamericana, que había sido liderada por el escritor Jaim Zhitlovsky, quien no pudo viajar por estar enfermo, era la más numerosa con 11 delegados que representaban a 442 organizaciones (Kornecki, 2005).

La comisión anfitriona estuvo encabezada por el escritor francés Haim Slovès y, los discursos generales, a cargo de Moishe Olguin, Joseph Opatoshu, Alexander Mukdoni, Herman Leivik, Rubin Saltzman, Kalman Marmor, entre otros. Se trataba de los más reconocidos intelectuales, quienes ofrecieron diagnósticos de los acuciantes problemas para el idioma y la cultura ídish. En representación de Argentina y Uruguay, disertó Pinie Katz.

Pinie Katz llevó un informe producido por el “Comité Preparatorio”, el que había iniciado sus tareas a mediados de 1936, cuando llegó desde París la carta de invitación. Ese comité estuvo integrado por S. Glazerman; J. Botoshansky, L. Zhinitzky, L. Groisman, J. Goldszer, S. Drucaroff, S. Wasserman, I. Kovenski, W. Kuper, M. Lev y A. Moscovich (Gliksberg, 2008:7).

Durante los cuatro días del Congreso, trabajaron en comisiones de literatura, teatro, arte, escuelas, universidad y ciencias, organización y estructura del YKUF, y redacción de un “Manifiesto”. Ese documento final propuso combatir el fascismo y el antisemitismo; también generar instituciones educativas, culturales, y un intenso trabajo de prensa y editorial en ídish. Mientras, cada comisión elaboró un listado de tareas comunes que los delegados impulsarían en los países representados.

En cuanto a su estructura, la Federación determinó que la Dirección Central del YKUF estuviera radicada en París con dos subdirecciones en Nueva York y en Varsovia. Así también, se resolvió crear un fondo colectivo, solicitando a cada sección nacional enviar un porcentaje de sus recaudaciones, a cambio de libros y revistas culturales. Sin embargo, debido a la tragedia que asolaba a Europa, aquella diagramación internacionalista quedó desmembrada.

 

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